En la gastronomía dulcera de Puebla podemos encontrarnos con más de 300 delicias, muchos de sus dulces típicos surgen de la fusión de las culturas árabes, española e indígena. Inicialmente los hacían en los conventos para agrader a sus benefactores, pero poco a poco se dieron cuenta que con ellos podían obtener grandes beneficios si los vendían.
Pero vamos a lo que nos importa que es conocer algunos de los postres más típicos que podemos encontrar en Puebla porque si eres tan goloso como yo seguro que encontrarás varios dulces que te enamorarán.
– El Camote: es el dulce que caracteriza a los poblamos. La raíz del tubérculo es la que aporta el sabor y se cocina con azúcar, esencia de limón o de naranja y un poco de agua hasta que se haga una pasta o puré. Para presentarlos hacen cilindros con la masa que luego envuelven en papel encerado y presentan en cajitas. Estas cajitas suelen venir con sabores surtidos como Fresa, Naranja, Vainilla, Piña, Coco, etc.
– Las Tortitas de Santa Clara: son una galleta cubierta de un relleno cremoso que hará las delicias de todos y que os aseguro que haré en breve porque son un bocado divino. Sobre su origen se relata que un día, cuando las prisas le apuraban a una monja del convento de Santa Clara por crear un nuevo postre, se atrevió a mezclar los ingredientes que tenía a la mano entre los que se encontraba el dulce de pepita que habían creado también en dicho convento, dando lugar a este clásico de la cocina poblana.
– Los Muéganos Poblanos: son dulces de harina de trigo fritas en aceite vegetal y cubiertos de caramelo de azúcar y piloncillo con un ligero sabor a canela. Entre los posibles orígenes de este dulce para que fueron creados en el convento de Huejotzingo.
– Las Cocadas Poblanas: son otro dulce muy típico que se caracteriza por su intenso sabor a coco. Se pueden hacer tanto para postre, como para comer a cualquier hora puesto que suele ser una pequeña tentación en la que es difícil de no caer.
– Los Borrachitos: son unos rollitos de harina y azúcar con un poco de licor, de ahí el nombre de “Borrachitos” y los puedes comprar de muchos sabores como por ejemplo fresa, rompope, piña, limón, coñac, cerveza, champagne, etc.
– Los Limones rellenos de coco: al principio pensaba que la cáscara no se comía pero sí porque se cuece la cáscara vacía y se rellena de la mezcla de coco con azúcar que habremos cocido previamente para que esté blando.
– Los Jamoncillos: son otro dulce tradicional que suele estar elaborado con leche, azúcar y la semilla a elegir entre nuez, pepitas, piñones o similares. Por lo general muchas veces se presenta en forma de barra que puede ser rebanada a la hora de servirse.
Pero vamos a lo que nos importa que es conocer algunos de los postres más típicos que podemos encontrar en Puebla porque si eres tan goloso como yo seguro que encontrarás varios dulces que te enamorarán.
– El Camote: es el dulce que caracteriza a los poblamos. La raíz del tubérculo es la que aporta el sabor y se cocina con azúcar, esencia de limón o de naranja y un poco de agua hasta que se haga una pasta o puré. Para presentarlos hacen cilindros con la masa que luego envuelven en papel encerado y presentan en cajitas. Estas cajitas suelen venir con sabores surtidos como Fresa, Naranja, Vainilla, Piña, Coco, etc.
– Las Tortitas de Santa Clara: son una galleta cubierta de un relleno cremoso que hará las delicias de todos y que os aseguro que haré en breve porque son un bocado divino. Sobre su origen se relata que un día, cuando las prisas le apuraban a una monja del convento de Santa Clara por crear un nuevo postre, se atrevió a mezclar los ingredientes que tenía a la mano entre los que se encontraba el dulce de pepita que habían creado también en dicho convento, dando lugar a este clásico de la cocina poblana.
– Los Muéganos Poblanos: son dulces de harina de trigo fritas en aceite vegetal y cubiertos de caramelo de azúcar y piloncillo con un ligero sabor a canela. Entre los posibles orígenes de este dulce para que fueron creados en el convento de Huejotzingo.
– Las Cocadas Poblanas: son otro dulce muy típico que se caracteriza por su intenso sabor a coco. Se pueden hacer tanto para postre, como para comer a cualquier hora puesto que suele ser una pequeña tentación en la que es difícil de no caer.
– Los Borrachitos: son unos rollitos de harina y azúcar con un poco de licor, de ahí el nombre de “Borrachitos” y los puedes comprar de muchos sabores como por ejemplo fresa, rompope, piña, limón, coñac, cerveza, champagne, etc.
– Los Limones rellenos de coco: al principio pensaba que la cáscara no se comía pero sí porque se cuece la cáscara vacía y se rellena de la mezcla de coco con azúcar que habremos cocido previamente para que esté blando.
– Los Jamoncillos: son otro dulce tradicional que suele estar elaborado con leche, azúcar y la semilla a elegir entre nuez, pepitas, piñones o similares. Por lo general muchas veces se presenta en forma de barra que puede ser rebanada a la hora de servirse.
Para acompañar todos estos dulces no puedes dejar de probar el Rompope, que es una bebida que las monjas elaboraban con un poco de leche, canela, huevos y azúcar, que siempre ofrecían a las visitas pero que ellas nunca probaban.
Puedes encontrar muchos más dulces como por ejemplo los Alfeñiques (pasta de azúcar cocida y estirada en barras muy delgadas y retorcidas), Alegrías (dulces hechos a base de amaranto y piloncillo), los Gaznates (son unos canutos fritos hechos de harina y yema de huevo que se rellenan de merengue italiano)…
Hay dulces para todos los gustos y son un excelente regalo para compartir con nuestros amigos.